


La historia de Lucio Boschi es la de un fotógrafo-filósofo viajero, autodidacta, que registra a través del lente lo que ve y lo que sienten los objetos. A los 18 años inició un viaje que lo llevaría por Latinoamérica, conviviendo con las comunidades inuit del norte de Canadá, y las tribus nómadas de Siberia, Mongolia y Bután. Casi una década después, en 1998, Lucio regresó a su tierra natal y se instaló en el extremo norte del país con una comunidad del pueblo kolla de los Andes. Durante años vivió en las montañas como un asceta renunciando a todas las comodidades materiales y llevando una vida de austeridad y autodisciplina.