El mar es un elemento primario de la vida. Escritores, poetas y filósofos utilizan su imagen, así como sus aspectos, fluidos y elementos metafísicos. El hombre está en un desafío continuo con el mar. Transpone su superficie para ir más profundo. Cuando se sumerge, se entrega tomado por las sensaciones y la naturaleza. Las imágenes reproducen la mirada de un observador de este universo y muestran la constante y variada relación de este hombre con el mar. Las imágenes fueron tomadas en invierno para transmitir las diversas experiencias físicas, como la falta de equilibrio, el mareo, la tensión, la armonía, el movimiento continuo, el sonido y el sabor a sal. Para fotografiar en el agua, la visión no es suficiente. Exige todo el cuerpo utilizando los cinco sentidos. La cámara está un poco por debajo del horizonte y las olas son montañas>> en movimiento. De esta manera, se ven afectados aspectos físicos y psicológicos. No es simplemente la idea expresiva y acabada de una vista. Se entra en un mundo de subjetividad. En el agua, el equipo incorpora diferentes lentes, creando nuevas interpretaciones.
Hombres y mujeres forman parte de esta mirada y buscan convertir al observador en coadyuvante de sus sensaciones y emociones.