Textos
Descripción
El Bosque Atlántico, originalmente, cubría una vasta zona de una superficie aproximada de un millón de kilómetros cuadrados a través del este brasileño, el este paraguayo y el noreste argentino. De esa superficie inicial hoy solo queda el siete por ciento, lo que la convierte en una de las selvas con más riesgo de desaparecer del mundo según la World Wildlife Found (WWF). El mayor remanente continuo de Bosque Atlántico queda, paradójicamente, en Misiones, Argentina (primitivamente en la Argentina estaba la menor superficie). Otro remanente que presenta cierta continuidad, pero de menor tamaño, se da en Brasil, en la zona comprendida entre Curitiba y Río de Janeiro.
La Reserva Puerto Bemberg, ubicada sobre la costa del río Paraná, cuenta con 300 hectáreas de selva, conocidas como selvas mixta o de laurel y guatambú, donde también se encuentran increíbles bosques de tacuaruzú. Se trata de un sector de selva secundaria que en el pasado sufrió la extracción de árboles maderables pero mantiene un buen estado de conservación.
Este libro es un tributo a la diversidad biológica.
Detalles del producto
- Peso
- 1.20 kg
- Ancho
- 26.00 cm
- Alto
- 20.00 cm
- ISBN
- 978-987-9395-86-8
- Idioma
- Bilingüe ( Español / Inglés )
- Fotografía
- Color
- Páginas
- 173
- País
- Argentina
Las mariposas son una atracción en sí misma en la selva atlántica, como esta asamblea del género Phoebis en la costa de arena del río Paraná.
El arroyo Yabotí (cubierto por un manto de niebla) atraviesa la Reserva de Biosfera que lleva el mismo nombre, en el centro-este de la provincia de Misiones.
Las cataratas del Iguazú fueron vistas por vez primera por el hombre blanco en 1541.
Una recorrida por el lote a fin de levantar los bolsones de yerba mate.
Rodeada de selva, con 20 metros de largo y confortables reposeras, la pileta de la posada es el lugar ideal para refrescarse.
En la selva, donde se dificulta el avistaje de fauna, una silueta lo es todo, en especial en el contraluz del cielo nublado.
Como verdaderas torres, los palo rosa emergen sobre el techo de la selva alcanzando en algunas ocasiones 150 metros de altura.