Japón, imágenes de un álbum de fotografías de Facundo de Zuviría, con curaduría de Francisco Medail.
Japón no es un diario de viaje por el país asiático. Aunque se incluya un puñado de fotografías de otras ciudades, la mayoría de ellas fueron tomadas en Buenos Aires. Facundo de Zuviría sigue caminando sus calles, hurgando en sus recovecos, mirando ahí donde todos y nadie mira. Pero hay algo en estas imágenes que la separan de su cuerpo de obra anterior tanto por su carácter dual –no se trata aquí de fotos individuales sino de dípticos construidos por Paula Serrat a partir de las fotos de Facundo– como por lo que en ellas representan o, mejor dicho, por lo que estos cuarenta dípticos construyen en cuanto relato sobre una ciudad.
Japón es una ficción, pero no por ello deja de ser real. Tan real como lo fueron Estampas porteñas, aquellas fotografías en donde Facundo mostraba la Buenos Aires en transición de los años ochenta y noventa. Influenciado por Horacio Coppola, esas imágenes aún registraban los vestigios de una modernidad que su maestro supo exaltar. Japón, sin embargo, es producto de la mixtura propia de la Buenos Aires contemporánea. La ciudad que nos proponen Paula y Facundo es una superposición de tradiciones, historias y comunidades. Como afirman Graciela Silvestri y Adrián Gorelik, hay un efecto disruptivo en el clasicismo de estas fotografías, son vistas urbanas que mezclan y separan al mismo tiempo. Así, en Japón conviven vestidos de novia y trajes animal print, los grafitis de las paredes dialogan con las rejas de negocios cerrados, los maniquíes miran con estupor. La arquitectura se reduce a los detalles, el fuera de campo se infiltra en los reflejos del sol. Japón tiene renos, arañas y pájaros; flores, estatuillas y pluribol. Hay salones masculinos, saunas, casas de crédito, palaces privados. Japón incluye fotografías dentro de fotografías, como ese conjunto de cabelleras descoloridas que posan en la vidriera de una peluquería, el retrato de una mujer oriental arrojado al piso, o esa imagen icónica de Madres de Plaza de Mayo convertida en afiche callejero que a pesar del tiempo y la corrosión conserva su poder de interpelación.
Japón es también Tokio y Montevideo, y otra vez Japón. Hay apenas dos imágenes que delatan la ubicación de su toma y nos permiten imaginar el recorrido de Facundo por las calles de la ciudad. ¿Dónde queda Japón en Buenos Aires? Japón es un mundo lejano al que se puede llegar en subte u observarse desde las ventanillas de un colectivo mientras se viaja parado en hora pico. Japón es la vida urbana actual, la ciudad real. Y de tan real se vuelve ficción.
Francisco Medail
Curador