


Con un infinito respeto, Mariana Yampolsky registra las expresiones populares. Nada hay en ella del fotógrafo al acecho de las mas violentas emociones, no quiere que la envíen a donde esta la acción. Su guerra es otra y es muy honda. A veces se siente culpable de no gozar la vida urbana, de no haberse dedicado a las contradicciones de la ciudad, el amontonamiento de seres humanos, el smog, la agresión, el desamor...