La obra de Makarius ha marcado buena parte de la historia del arte de la Argentina de la segunda mitad del siglo XX. Entre 1957 y 1967 se dedicó a tomar fotografías de amigos artistas en sus casas o talleres con luz ambiente. El proyecto original contemplaba la publicación de un libro de retratos con descripciones redactadas por los mismos protagonistas. Los prólogos escritos por Hugo Parpagnoli y Jorge Romero Brest destacan el valor artístico y documental de esas fotografías y textos.