Este ensayo de collage fotográfico trata sobre la posesión de armas de fuego en los barrios marginales de Venezuela. En Caracas, como en un videojuego, las armas se venden, se prestan, se pierden, se roban y se pasan de contrabando. Pistolas, ametralladoras, bombas granadas y municiones se publicitan a través de Whatsapp, Snapchat e incluso Instagram, el mercado negro toma la forma de un chat malvado, para que elijas tus armas antes de empezar a jugar. Venezuela es el país latinoamericano que más recursos dedica a la compra de armamento. En 2016 alcanzamos el invicto de 28479 muertes violentas. En nuestros barrios es más fácil encontrar un arma que pan. No hay leche, pero hay muchas balas. Bajo la narcodictadura y el régimen criminal, mi país se ha convertido en un verdadero campo de batalla, un enfrentamiento de mafias. Las ciudades son invadidas por diferentes fuerzas maléficas: escuadrones policiales brutales, grupos paramilitares despiadados y delincuentes comunes armados. La sociedad civil está literalmente atrapada entre todo tipo de carencias, represión y caos. En el mismo día, puedes ser víctima de un gomoso y asistir a una lluvia de balas de goma y bombas lacrimógenas, cuidado, minutos después puedes ser pisado por una multitud que huye de los Robocops de la Policía Nacional o ser aplastado deliberadamente por un anti -tanque antidisturbios. Autor: Pepe Lopez