Esta serie de tomas poco conocidas realizadas a inicios de la década de 1960- forma la contraparte de la obra pictórica del artista Reynaldo Luza, quien se interesó en los múltiples matices del desolado paisaje del desierto de la costa peruana. Son paisajes de un Perú fantasma, original y magnífico, y visiones de los arenales de la costa de singular y misteriosa belleza , diría el artista años más tarde, en una exposición. Las fotografías combinan un interés formalista y abstracto por la arquitectura prehispánica como parte integral del paisaje desértico. Las obras en la exposición dan cuenta de la enorme influencia que esa particular visión del paisaje costero ejerció sobre diversas generaciones de fotógrafos peruanos.