El libro muestra una recopilación de los cuadernos de dibujos del autor, en donde aparecen los primeros bosquejos de estos personajes tan conocidos por todos nosotros.

Con tinta, con lápiz, con acuarela, con crayones, los dibujos de Liniers descubren el alma de quien se inspira en Mark Twain, John Steinbeck, Salinger, el cine mudo de Chaplin, la imaginación febril de La guerra de las galaxias, o la gesta heroica de Balboa en Rocky I, II y III. Pero, también, la del dibujante consagrado que jamás se despega de sus cuadernos de hojas lisas, por si la creatividad lo agarra desprevenido en la mesa de algún bar… Deliciosos bocetos de “Cuadernos 1985-2005”, pintados con vino, con coca cola, o con café, dan prueba de ello. En todos los casos, también revelan un estilo donde se destaca la observación social, el humor absurdo, la predilección por los antihéroes, la ingenuidad cruzada con el cinismo, la falta de remate… «Está bueno no dar todo masticado», dice de su trabajo.