Caicedo, Carlos
Carlos Caicedo nació en Cáqueza (en el departamento de Cundinamarca). Las disputas entre los partidos Liberal y Conservador en su pueblo natal llevaron a sus padres a mudarse a Bogotá cuando él tenía sólo seis meses. Su primer acercamiento a la fotografía fue cuando su tía le consiguió un puesto de mensajero en Foto Schimmer, un estudio de fotografía de Bogotá, en los años cuarenta. Allí le regalaron una cámara Kodak rota, que él reparó con cinta, y con ella comenzó a tomar sus primeras imágenes. Años después trabajó como asistente en el laboratorio de Sady González, donde se interesó por el fotoperiodismo. En 1949 inicia su carrera como fotógrafo en el periódico El Siglo, luego pasó por Semana, Cromos, y en 1953 entró a El Tiempo; en este último sólo estuvo cuatro meses. Trabajó en El Espectador por un año y vuelve al periódico El Tiempo, donde tuvo la oportunidad de trabajar por 35 años y mostrar su gran talento. Durante esos 35 años retrató el acontecer político y social de mediados del siglo XX. Cubrió combates de las guerrillas liberales, acompañó a Germán Castro Caicedo a cubrir la noticia de unos presos que se fugaron en 1969 de la cárcel en Araracuara (en el departamento del Caquetá). También captó momentos de la Vuelta a Colombia, como el matrimonio del ciclista Efraín Forero, el primero en ganar este certamen deportivo. Y a maestros de las artes plásticas como Alejandro Obregón. Su fotografía más famosa y que no sólo marcó la historia de la fotografía en Colombia, sino que además le dio la vuelta al mundo, es la de Alfonso Romero, el niño de 11 años que murió envenenado en Chiquinquirá junto a 230 personas más. Aunque para Carlos Caicedo su fotografía preferida fue la que tomó en 1952, y que lo hizo merecedor del primer lugar en categoría artística en el concurso del Círculo de Reporteros Gráficos: en ella aparece Arturo, uno de sus hijos, gateando bajo un rayo de luz que entra por la ventana.